¿Te has dado cuenta de la peste que echan los dedos después de una cena de Navidad? Tan legendario es el placer de comer marisco, como el olor que se fija en nuestras manos después de haberlo pelado. Tan intenso y persistente como su pigmento. Ambos se convierten en unos incómodos pasajeros en nuestras manos. ¡Tranquil@, que tiene solución! Aquí te dejamos estos consejos para sacar el olor a marisco de las manos.
¿Por qué nos queda el olor a marisco en las manos?
El marisco, especialmente los crustáceos (como langostas, langostinos, bogavantes o centollos…) dejan un molesto y duradero olor en los dedos cuando los pelamos una vez cocidos.
Estos animales se alimentan de otros crustáceos más pequeños ricos en colores rojos y anaranjados. Estos tonos componen los pigmentos naturales más resistentes. Están asociados a proteínas.
Cuando cocemos este tipo de marisco, el calor intensifica el color anaranjado y, por tanto, las manchas que derivan de su contacto. El calor actúa sobre los carotenoides modificando la pigmentación. Este mismo proceso libera sustancias que fijan a nuestros dedos no solo el color, sino también el olor cuando retiramos su caparazón.
Consejos para sacar el olor a mariscos de las manos
No desesperes, aunque te parezca que se va a quedar para siempre, podrás sacar el olor a marisco de tus manos, palabrita.
No frotar
Podemos olernos los dedos a marisco porque el calor ha multiplicado su potencia y ahora se queda en nuestras manos como si nos fuera a acompañar para siempre. Es importante que no ayudes a que se asiente, evitando el roce.
Love cítricos
Si hay algo que funciona por encima de todo es: el limón. De todos los métodos para que las manos no huelan a marisco es el más efectivo.
- Coge un limón y córtalo por la mitad.
- Mete los dedos en la pulpa y frota suavemente mientras el juego neutraliza el olor dejado por el marisco.
- Y, en este caso, el roce ayuda a la eliminación de los residuos que el ojo no ve.
Es tan eficaz, que muchos restaurantes acompañan el servicio con una toallita de uso individual con esencia de limón (y otros químicos).
Puedes aprovechar el limón que acompaña a los platos de marisco en la mesa. Rocías el zumo encima de los mejillones, berberechos, cigalas, camarones… (aunque nosotros te recomendamos que al marisco gallego no le añadas cítricos, disfruta de su sabor). Al acabar de comer, coge el limón e introduce los dedos dentro, frotando un poco y luego sécalas a tu toallita, servilleta desechable o lávalas con agua.
Agua friísima
No siempre tenemos a mano limones o toallitas. ¡Que no cunda el pánico! No hay nada como ir a lo simple, pero con cabeza. El agua es tu mejor aliada en estos casos. Debes colocar las manos debajo del chorro de agua muy muy fría.
- No frotes, tan solo deja que la acción del agua elimine todos la prueba del delito, de semejante mariscada que te has comido.
- La temperatura importa. El calor fija el color de las manchas y el olor. Al liberar determinadas sustancias que los producen. Por eso, es importante que el agua esté fría. Además de que permite que los poros se cierren. Impidiendo que la piel las absorba, ayudando a que las manos no huelan a marisco.
Si después de hablar de marisco te ha entrado el gusanillo, no olvides que puedes comprar desde nuestra web marisco gallego al mejor precio y que te lo enviamos a casa en un periodo de 24 horas.