La langosta gallega es uno de los crustáceos más valorados dentro del mundo de los mariscos.
Este artrópodo cuyo origen proviene de los decápodos, es también conocido por su nombre científico de Palinurus elephas.
La langosta roja gallega es un manjar que merece la pena disfrutar por lo menos una vez en la vida y si es más, mucho mejor.
Su inconfundible sabor y textura la convierten en uno de los productos estrella de miles de platos y recetas.
Características de las langostas gallegas
Las langostas gallegas cuentan con una serie de características que una vez que se conocen, se es capaz de identificar una langosta de otro crustáceo similar.
En primer lugar, las langostas rojas cuentas con 5 pares de patas, de ahí que sea un decápodo.
Su cuerpo se compone de dos partes; la cabeza o cefalotórax y la cola o abdomen.
Cuenta con una forma alargada y su caparazón o armadura es muy fuerte y resistente.
En el mismo caparazón, puedes encontrar pequeñas puntas y espinas hacia adelante que forman parte de su sistema de defensa.
Las Langostas Gallegas cuenta en la cabeza, con dos antenas de gran longitud que también tienen pequeñas espinas.
En muchas ocasiones la longitud de esas antenas supera a la largura del resto del cuerpo.
Como curiosidad, si vemos que una langosta viva echa las antenas hacia atrás, se producirá un sonido denominado “estridulación”.
Se dice que posee uno de los exoesqueletos más resistentes de las especies marianas. Sin embargo, esa resistencia hace que su flexibilidad sea muy limitada. Hasta el punto de no poder hacer giros corporales de más de 10º.
Es un crustáceo con una esperanza de vida muy larga.
Se alimenta de pequeños insectos marinos, gusanos y animales muertos, por lo que es carroñero.
Su actividad se produce principalmente por la noche y por norma general camina sobre el fondo marino, aunque también puede nadar.
Su captura está muy regulada y en Galicia se realiza a través de pesca artesanal como las nasas.
Por supuesto, destaca su color rojo intenso.
Propiedades y sabores
Al igual que otros muchos crustáceos, las langostas gallegas cuentas con unos valores nutricionales muy importantes.
Destaca su bajo contenido en grasa, ya que por cada 100 gramos solo contienen 2.
Su aporte de proteínas es envidiable. Aproximadamente 18 gramos por 100 de producto.
Por otra parte, consumir esta delicia del mar te llenará de nutrientes fundamentales para el cuerpo como: yodo, zinc y potasio entre otros muchos.
Si nos entramos en su sabor, entonces nos encontraremos con un gusto fino, suave pero intenso. Incluso se podría decir que ligeramente dulce.
La textura es firme y carnosa. Sin duda, un espectáculo para todos los paladares.
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Y es que una langosta gallega es un producto que sobresale entre otros muchos de su especie gracias a las increíbles condiciones marinas que se dan en nuestras costas.